En 2009, en la sexta semana de rodaje de «La mula», con sólo una semana más de rodaje, el director Michael Radford abandonó la producción. La productora española Alejandra Frade acusó a Radford y a las productoras irlandesa y británica de no aportar su parte respectiva de la financiación de la película, de no pagar a los trabajadores británicos del rodaje, de no pagar un préstamo personal que ella hizo a Radford y de incumplimiento de contrato cuando éste abandonó el rodaje. Radford acusó a Frade de no firmar unos papeles que liberarían la financiación ya concedida por el Irish Film Board y el UK Film Council. 

Frade declaró que no podía firmar esos papeles porque eso supondría una «sentencia de muerte» para su empresa cinematográfica, ya que esos papeles no especifican determinadas cantidades de dinero y le piden que asuma una financiación y unos gastos que no pertenecen a Gheko Films, su productora cinematográfica. Durante varios años diferentes políticos de Irlanda, Reino Unido y España intentaron sin éxito hacer algún arbitraje entre Radford y Frade. Radford intentó presionar a Frade porque él tenía los negativos de la película y ella no podía estrenarla con el nombre de Radford. Primero Frade rodó la semana restante de rodaje con otro director, y luego en un movimiento controvertido, finalmente lanzó la película en 2013 utilizando los archivos digitales para la edición en lugar de los negativos. No hay ningún director acreditado en esta versión lanzada, sólo se utiliza el término «Anónimo».